miércoles, 8 de junio de 2011

Ayer en el día del periodista los socialistas estuvimos en la puerta de Clarín exigiendo libertad sindical y acompañando a los compañeros trabajadores de prensa

Reclamo por la libertad sindical en Clarín

Participaron unas 400 personas, entre ellas miembros de las comisiones internas despedidas en 1976 y 2000

Gustavo Bruzos arma una pequeña mesa de madera. Sobre ella, Virginia Márquez acomoda libros y remeras. Es mediodía y casi no hay gente en Tacuarí al 1700. Un vallado policial cubre la puerta del edificio donde funcionan las redacciones de Clarín, Olé y La Razón. Es curioso: ambos se encontraron con una escena parecida hace diez años atrás cuando él, miembro de la comisión interna, y ella, integrante de la junta electoral, fueron despedidos junto a otros 115 trabajadores. En los libros se ve el título Periodismo de Infantería, donde Virginia y Aníbal Ces cuentan la historia de aquella lucha; en las remeras se resume por qué están ahí en el Día del Periodista: “Libertad sindical en las empresas del Grupo Clarín”.
Al rato serán muchos más en la calle. Unas 400 personas. A las 13:40 Pablo Llonto, delegado despedido por Clarín hace 20 años, se subió al camión que aportó Foetra, tomó el micrófono y, después de saludar a todas y todos por el Día del Periodista, enumeró lo que los trabajadores pueden –y pudieron– lograr con la organización gremial. Enfrente le hacía sombra un edificio donde esas palabras son una prohibición patronal. En su segunda intervención, más tarde, Llonto emocionó a todos: “Quiero recordar al amor de mi vida.” Cuando nombró a Ana Ale, fallecida en 2005, el aplauso se extendió por todo Barracas. “El espíritu de Ana recorre esta redacción”, dijo Pablo. “Allá adentro”, agregó, “algunas compañeras y compañeros nos están escuchando, orgullosos de una historia de lucha”. Y deseó que pronto tengan una comisión interna, algo que se les niega desde hace diez años cuando, entre los 117, despidieron a la Negra Ana, su secretaria general. La más votada.
Entre los cientos de trabajadores de prensa se mezclaban Beto Pianelli, Luis Zamora, Graciela Muñíz, Martín Sharples, Néstor Pitrola, el socialista Oscar González, un histórico del gremio de prensa, y Oscar Martínez Zemborain, el “Chino”, miembro de la comisión interna de Clarín despedida en 1976. Ciertas costumbres de esa empresa vienen de lejos.
Los oradores de las organizaciones de prensa que convocaron (La Naranja, La Violeta, La Gremial y el Colectivo) coincidieron en críticar a la conducción de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, que pertenece a la lista Celeste y Blanca -que se impuso por amplia mayoría en las elecciones internas del gremio- y que no participó de la iniciativa, e insistieron en la necesidad de que se cumpla el Estatuto y el Convenio en todos los medios. Los delegados despedidos cerraron con un documento unitario: “Sin libertad sindical no hay posibilidad de pelear por la libertad de expresión”, dijeron. En la vereda, Alejandro Fridman imprimía con un mimeógrafo aquello que escribía Rodolfo Walsh en su Cadena Informativa: “El terror se basa en la incomunicación. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote al Miedo. Haga circular esta información.” Allí quedó, dos horas después, frente a las puertas de Clarín.

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